La Isabela, Crisol de la identidad Latinoamericana, por: Risoris Silvestre

El 12 de octubre se conmemoran 517 a?os de la haza?a que realizara el insigne almirante de la mar oceana Cristóbal Colón. De ese magno evento la República Dominicana conserva el sitio que fuera sede del primer asentamiento espa?ol con carácter de permanencia en el nuevo mundo, hito que atestigua la grandiosa haza?a espa?ola de expansión territorial más grande de la historia. Este hecho proporcionó la gloria a Espa?a y al mundo europeo, y marcó también el no menos importante acontecimiento que supuso el despojo -contra una raza- de sus derechos de libertad y de posesión de las tierras que le correspondían por nacimiento.

La costa norte de la espa?ola, en la rivera del río Bajabonico y frente al Océano Atlántico, es el lugar escogido por el descubridor para fundar La Isabela, donde comienza a expandirse el territorio espa?ol en las nuevas tierras descubiertas.

La fecha de su fundación se establece entre diciembre de 1493 y enero de 1494 durante el segundo viaje del descubridor, Cristóbal Colón, quien trajo consigo el personal y los menesteres necesarios para establecerse en nombre de los reyes de Espa?a e iniciar la conquista. La existencia de esta villa se registra como muy corta, no así la conquista que se expandió en poco
tiempo consiguiendo conquistar la mayor parte de América.

En sus pocos a?os de existencia, en esta primera villa se celebró la primera misa en el nuevo mundo el 6 de enero de 1494, hecho que marca el lugar de inicio de la evangelización de América.

El primer cabildo de América también se registra en esta villa, el 24 de abril del mismo a?o, imponiendo la institución en el nuevo mundo. Desde la Isabela también parte Colón para su exploración y conquista de territorio, siendo el primer camino que el descubridor recorre, del 14 al 20 de marzo en su interés de establecer el reino espa?ol en las nuevas tierras, camino que se le ha asignado el nombre de Paso de Los Hidalgos.

Esta ciudad fue abandonada gradualmente después de la fundación de Santo Domingo en las riveras del mar Caribe, al sur de la isla, por considerarla insalubre por sus residentes que enfermaban frecuentemente. Al ser despoblada muy temprano, las piedras de sus edificaciones se tomaron como cantera para construcciones cercanas quedando olvidada por varias centurias.

Después de siglos de olvido, donde la naturaleza y los buscadores de tesoros hicieron estragos en el lugar, en 1960 la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra realizó sondeos exploratorios dirigidos por el historiador Carlos Dobal. El Museo del Hombre Dominicano y el Instituto de Antropología de la Universidad de Florencia, realizaron investigaciones arqueológicas de los restos humanos en 1976. Luego investigaciones sistemáticas y de mayor envergadura fueron realizadas en 1987, dirigidas por el arqueólogo venezolano José Maria Cruxent, y financiada por la Dirección Nacional de Parques. También estuvo presente la Universidad de Gainesville (Florida) con un equipo bajo la dirección de Katleen Deagan.

Durante esta investigación se encontraron las cimentaciones de las edificaciones en piedra de la Iglesia, la casa del almirante y el almacén, además de enterramientos y caminos. Otro de los hallazgos interesantes fue el encuentro en el paraje Las Coles, en la desembocadura del río Bajabonico, de restos de un horno de cocción de cerámica, producción de ladrillos y tejas, así como huellas de postes de madera. Estos hallazgos llevaron al investigador a considerar que el primer asentamiento estuvo en ese lugar, para luego trasladarse a la parte alta, una vez terminada. Ese primer lugar se quedaría como explotación agropecuaria y producción artesanal.


Para las fechas de celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento (1992), la Asociación Espa?ola para el Desarrollo del Medio Ambiente (AEMA) con ayuda de la Agencia Espa?ola de Cooperación Internacional (AECI), realizaron un proyecto de investigación y puesta en valor del sitio histórico. Se construyeron en las inmediaciones, un centro de investigación, caba?as para alojamiento de visitantes, un museo de sitio y una escuela taller de cerámica. Además de la valla del recinto arqueológico, colocación de paneles explicativos, jardines y organización de rutas y caminos. Actualmente se encuentra el lugar esperando por la rehabilitación que la Secretaria de Cultura ha iniciado.

Estos sitios son espacios heredados, donde se demuestra que la cultura sobrepasa las discriminaciones, vejaciones, la exclusión y el rechazo, expresando que el ser humano es más que un color, una raza, una religión o una filiación política. El sitio histórico de la Isabela merece una mejor posición como monumento nacional, es el lugar donde se inicia el sometimiento de la raza indígena hasta su exterminio en algunos casos y exclusión en muchos otros. Esta villa es la puerta por donde se impone la cultura europea sobre la cultura nativa, para extenderse y reagruparse, formando una nueva identidad que toma características especificas según los grados de fusión experimentada, es el lugar donde ocurre el nacimiento de la identidad iberoamericana.

LA VIRGEN DE LA ALTAGRACIA Y LOS DOMINICANOS

Risoris Silvestre/Soraya Aracena/Luis Pereyra

El entusiasmo religioso en los pueblos de América, llegó desde los albores del descubrimiento. La pasión por el culto a la Virgen de la Altagracia fue hincado con los hermanos Antonio y Alonso Trejos en 1514, asentados en la Villa de Salvaleón de Higuey quienes según la historia, trajeron de Espa?a una imagen de la Virgen de la Altagracia.

De acuerdo a la leyenda la imagen de la Virgen de la Altagracia le fue dada por un anciano, de manera casi milagrosa, a un padre para su hija, que le había pedido se la trajera de la Capital. La Imagen desapareció de la casa y se apareció en un naranjo. La retornaron a la casa, repitiéndose este hecho varias veces, motivando la construcción de un templo en piedra en 1572 donde fue trasladada. Este templo llamado San Dionisio, actualmente se le nombra Santuario Antiguo, fue construido en mampostería por el canónigo don Alonso de Pe?a y el mayordomo don Simón Bolívar, emparentado con el Libertador de América del Sur.

Recientemente el fervor religioso del pueblo dominicano por la Virgen de la Altagracia y ante la afluencia de personas cada 21 de enero a celebrar la festividad mariana, motivó al Estado Dominicano a construir una imponente obra de arquitectura, La Basílica de la Altagracia que fue inaugurada en 1971 y consagrada en 1972.

Esta fecha está dedicada a la devoción Altagraciana en casi todo el país, centrándose las festividades más importantes en Higuey, en torno a ambos santuarios. El culto mariano se inicia en la Basílica, nueve días antes del 21 de enero, con misas y otras actividades religiosas.

Durante la solemnidad mística desfilan para besar la Santa Imagen y ofrecer sus promesas alrededor de seiscientas mil personas quienes se postran de hinojos ante el cuadro venerado de la Milagrosa Virgen. Los devotos se desplazan de varias maneras, algunos a pie, sin zapatos, venciendo el duro asfalto, otros arrodillados o vestidos de blanco como promesa a la Virgen, por haberle concedido una “gracia” o favor, muchos a llevarle sus exvotos. En los alrededores de la iglesia los peregrinos duermen en el asfalto, durante los nueve días de culto, como parte de las promesas.

Otra de las tradiciones, producto del sincretismo que caracteriza la religión popular, son los palos o atabales, heredados de los antiguos africanos que se tocan en las afueras de la iglesia para honrar la Virgen. Fuera del templo religioso, se venden toda clase de objetos alegóricos al culto como velas y estampas. Cada 21 de enero asiste a los festejos religiosos Altagracianos el Presidente de la República.

Otros Atractivos

Como atractivo gastronomico en la región puede encontrar, en los alrededores de la Basílica, el tradicional dulce de leche. Si se llega a la Otra Banda, poblado cercano a Higuey, disfrutará de una variedad de dulces como: Dulce de coco nuevo, chicharrón de leche y bu?uelos.

Para disfrutar de todos los atractivos culturales de la región, en su camino a Higuey, desviándose hacia Boca de Yuma, a 8 kilómetros, en el poblado de San Rafael del Yuma puede visitar el Museo Casa fuerte Juan Ponce de León. Este museo está ubicado en la casa de Juan Ponce de León, conquistador de Puerto Rico y descubridor de Florida. Posee piezas relacionadas con la vida de este importante personaje que llegó a la isla junto a Ovando y fue encomendado de la conquista de Puerto Rico en 1508.

Religiosidad Popular: Villa Mella

La comunidad de “Mata los Indios”, pertenece al poblado de Villa Mella y enclave de la Cofradía de los Congos del Espíritu Santo, declarada por la UNESCO en el 2002, como Patrimonio Intangible de la Humanidad. Los veintiuno de enero de cada a?o, se realizan una serie de actividades incluyendo la parte religiosa y festiva en honor a la Patrona del pueblo dominicano.

Como en otras localidades del país la celebración es antecedida por un novenario, en el que cada noche las mujeres, hermanadas por la Virgen, rezan y cantan las salves, atabales y palos, algunos con temas religiosos y otros sobre los problemas cotidianos de la comunidad.

Los cofrades colocan en el patio de una de las casas cercanas a la capilla una enramada, en la que interpretan y bailan sus congos acompa?ados por jóvenes, ni?os y adultos. Los preparativos para la fiesta se inician desde la ma?ana con una procesión en la que desfilan por la comunidad adultos y ni?os vestidos como reyes y reinas portando santos y banderas, rememorando sin proponérselo, las antiguas cofradías o asociaciones que tuvieron su origen en la ciudad de Sevilla, Espa?a.

Los organizadores de la fiesta preparan, en una rustica cocina, la comida que repartirán a los presentes la que identifica el lugar: arroz cocido a la le?a y hervido en leche de coco, acompa?ado de un pedazo de carne de cerdo. Dicha fiesta termina a las seis de la tarde, hora en que retornan a sus casas con la satisfacción de haber cumplido con la Virgen.

Centros históricos y arquitectónicos, Por: Francisco V. Coste

Los Centros históricos y arquitectónicos en general constituyen la esencia de una identidad, correlacionada por los valores socioculturales e históricos. Esto conlleva por su variedad y riqueza estilística y arquitectónica, agrupando un invaluable patrimonio monumental y cultural, son características y valores propios de los pueblos, que lo definen como lugares enriquecedores a nivel local, nacional e internacional.

Es fundamental la conservación, revitalización y estudios de todos sus componentes en sí, además de sus valores implícitos como obra contiene otras inquietudes culturales que expresan “modo de vida, hábitos, costumbres y tradiciones de la sociedad en diversas épocas históricas”.